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miércoles, 27 de enero de 2016

Noviembre

Hola.

Tenía cero intención de escribir hoy día, llegué a mi casa muerto, con un montón de cosas que hacer y repleto de ganas de taparme con las sábanas hasta perder el conocimiento, pero bueno... eso no pasó.

Como una persona padecedora de TOC, me molesta un poco el hecho de que no haya una entrada intermedia entre "octubre" y "noviembre", pero como escribí seguidas las de navidad y año nuevo -sin la de un mes entremedio-  supongo no es tan terrible hacerlo.


"NOVIEMBRE"


Este si que fue un gran mes -en todos sus sentidos-, lo bueno fue maravilloso y lo malo terrible, pasó todo lo que podía pasar y sin lugar a dudas, sentó las bases para tener medianamente claras las conclusiones de fin de año. Empecemos...

Comienzos: Noviembre inició con estrés, este era el mes en que tenía que empezar -si o si- mi práctica profesional y si bien lo tenía todo levemente conversado y casi, casi seguro, el "casi" me tenía nervioso. Traté de cumplir la mayoría de las mandas que me quedaban de Julio y con eso, me dispuse a esperar lo mejor... 

A finales de la primera semana llegó la noticia, el "casi" se había convertido en un "cierto" y se hacía definitivo el tener que cambiar mis pijamas por ternos formales y los libros virtuales por carpetas reales de personas que me iban a hablar para que les solucionara la vida. Tomé la ropa más adolescente-formal que tenía y fui a una reunión en donde me bastaron 5 segundos para odiar a todo el mundo salvo un compañero de universidad que estaba en mi misma frecuencia. ¿No les pasa que encuentran supremamente detestable a esa gente que se toma demasiado en serio lo que estudia? me explico, obviamente es importante ser serio con lo que vas a hacer el resto de su vida, pero eso de entrar casi en un personaje de la caricatura de la profesión me causa un rechazo increíble, sobretodo porque con el tiempo me he dado cuenta que la mayoría de la gente que es así, termina siendo solo "apariencia de" y poco "conocimiento de"... como sea.


Mediados: Cerca del final de la segunda semana de noviembre me tocó por fin empezar -en terreno- lo que serían (serán) los próximos 6 meses de mi vida, estaba asustado, quería vomitar y mis ganas de morir eran cien por ciento más grandes que las de poner mi cuerpo dentro de una camisa blanca y amarrarlo con una corbata en el cuello, aún así... ese día tomé una gran porción de falsa buena disposición para llegar a la casa que funciona de cuartel general de los "casi" abogados de Talca. Llegué, entré y no conocía a nadie (tengo compañeros de la universidad haciendo la práctica ahí también, pero ese día no había nadie), me senté, me saludaron, esperé que llegara quien entraba conmigo y pasamos a hablar con el abogado jefe (un hombre simpático, con arranques de hiperactivismo y falta de concentración, pero particularmente inteligente y empático con las cosas que decía, porque pese a ser infinitamente aterrado todo lo que decía, la forma en que lo hacía amortiguaba un poco el impacto). Terminó y salimos a fumar -yo no fumo, así que solo miré- sentí esa vibra del "me creo abogado" y mi cerebro se desconectó hasta que la cara de quien entró conmigo hizo señas de había terminado. Entré, me despedí de ella y me senté en un escritorio -que místicamente con el tiempo hice mio- y me dispuse a esperar a quien era mi predecesor. Llegó y me explicó muchas cosas, tantas, que a pesar de poner mucha atención, una vez que salí de la puerta ya las había olvidado todas. De ahí hasta el 20 de noviembre, lo único que hice fue conocer gente, dar apretones de manos incómodos y ser "el niño nuevo" que andaba de público en las audiencias de los demás.
En el otro espectro de mi vida las cosas también se movían, como las primeras semanas son algo "nada", pude juntarme con mucha gente, salí con mis amigos y tenía panoramas bastante aceptables como para haber terminado mi periodo de vacaciones. En ese tiempo también se gestó una conexión -mmm...- "extraña", en donde me puse a conocer a alguien -con esperanza o expectativa de nada, claramente-, dentro de ese contexto de "querer conocer" y hablar con mucha gente... pasó el cumpleaños de mi amiga, el de su hermana y otros panoramas, siendo el episodio relevante el de una celebración donde en serio la estaba pasando muy mal, ¡somníferamente mal!, y de aburrido respondí de madrugada un mensaje que me habían mandado en la tarde... ¡sorpresa! me contestaron muy rápido, así que ahí, mientras veía gente pasarlo -dudosamente- bien, me tiré en un sillón a escribir, pasaron 5, 10, 20 y 40 minutos y seguía hablando, entonces me sentí raro, me despedí y seguí fingiendo que yo también lo pasaba bien. Llegué a mi casa aún habían mensajes...

Finales: Ya para las últimas semanas del mes me habían quitado las rueditas de entrenamiento, me traspasaron las casi 40 causas que dejó inconclusas mi predecesor y de la nada me veía con cuarenta dolores de cabeza, todos con tareas pendientes y todos moviéndose y necesitando cosas al mismo tiempo, me tocó entrar a audiencias, peor aún, me tocó iniciar con ese proceso solo, sin la compañía de los que se supone te salvan por si cometes un error gigante -cosa que hice, al menos la primera vez-. Me acuerdo que al menos desde el veinte de noviembre y hasta inclusive mediados de diciembre, lo único que le pedía todos los días a la divinidad que fuera real, era que me pasara un camión por encima camino a mi casa, me vino toda esa impotencia de sentir que las cosas eran demasiado grandes para ti y que en verdad, lo único que me quedaba después de terminar las jornadas, eran las ganas de llegar a mi casa a llorar en posición fetal en la cama, cosa que tristemente nunca he podido hacer porque solo lloro viendo finales de series y no por cosas reales.

Por el otro sector en cambio, las cosas no eran nada terribles, esa incipiente conversación se había vuelto algo más habitual, continuaba siendo incomodo claro, pero ahora era una incomodidad agradablemente rutinaria, lo único terrible eran las pocas horas de sueño por hablar hasta tarde, pero los beneficios de no despertar todos los días odiando la vida, vaya que lo valían.

Ya los días finales del mes, vino un momento que "supongo" es importante: La ceremonia de titulación y el adiós tan esperado y definitivo de la universidad. Una mañana perdida por ir a una audiencia que se terminó suspendiendo, ojeras terribles y una siesta gigante que me hizo despertar mareado por el exceso de descanso. Llegó la tarde y me fui a bañar por segunda vez ese día (me acuerdo y me enojo), salí y tenía el whatsapp a punto de colapsar mi teléfono: mejor amiga que me acompañaría-planes para la noche-cosas de la práctica-grupo de examen del grado compartiendo sentimientos de desgano. Me arreglé dentro de lo que pude, le grité un par de veces a mi mamá para que se calmara y partimos: hacía un calor horrible, salí gordo y mal en casi todas mis fotos, me tocó sentarme con gente que no conocía o que si conocía, no lo hacía en demasía, hora y media de shows raros, lágrimas de papás ajenos (y las de mi mamá que por suerte no veía) y me llamaron. Camine un poco, subí una mini-escalera increíblemente empinada y recé todos esos diez metros de distancia entre mi y el centro del escenario para no caerme -¡no lo hice!-, me abrazó mi decano y profesor favorito durante mis años de alumno, me dijo cosas que por el nervio no entendí y posé muy incómodo para las tres fotos que me sacó el peor fotógrafo de Chile (en serio, hay celulares con mejor calidad de imagen), bajé y me senté -de nuevo sin caerme- y salí al coctel, ahí hubieron muchas fotos y conversaciones, ah claro... y comida, ¡mucha comida!, nos fuimos... a comer de nuevo, ahí hablé otras cosas que ya no recuerdo y después fui a mi casa para cambiarme y salir con mi grupo y red de apoyo en los seis peores meses de toda mi vida hasta ahora. Lo pasé bien, no fue un reventón ni nada, era como estar juntos y alcoholizarse, quiero decir... si esa no es la máxima meta de la adultez, cual, ¿no?
Así, terminaba un gran mes y noviembre se iba mientras yo iba caminando con el Nico por una calle al otro extremo de mi casa a las seis/siete de la mañana viendo como se aclarecía el cielo...

Termino la entrada diciendo que odio la vida en estos momentos, a casi nada de terminar la entrada mi notebook colapsó y se pegó por casi media hora, cuando por fin pude reiniciarlo se tardó otros veinte minutos y después se prendió y volvió a colapsar, al parecer era una canción que tenía un error, porque las dos veces que la lanzó el reproductor terminó congelándolo todo.

Les dejo lo de siempre y me voy. Quiero decirles que la gran razón de estar escribiendo esto, tiene que ver precisamente con el incidente de la canción en el párrafo anterior, pasa que mientras me aburría en la tarde, mi lista de sugerencias en YouTube me mostró un vídeo de un grupo que hace meses quería escuchar y siempre procrastinaba (Oh Wonder), y esta vez, estando casi al coma del letargo, decidí darle una oportunidad, clickié y fue el cielo, el vídeo era hermoso -visualmente-, la canción y la onda eran ¡totalmente mi onda! quedé en shock, como cuando sacas pantalones muy viejos del closet, te los pones, metes la mano y encuentras un billete que hace mucho tiempo olvidaste y ahora necesitabas, ¡así de contento estaba!
Puse los otros vídeos que tenían y cada uno era mejor que el otro (aunque el primero sigue siendo el mejor), me decidí y busqué el disco, lo descargué y sentí el llamado interior, ese que me dice: ahora es cuando y aquí terminé, escribiendo. Así que eso, si sienten la curiosidad en serio se los recomiendo, yo voy en la segunda escuchada y en verdad siento amor, no pondré ninguno de sus vídeos ahora porque esto se trata de lo que fue noviembre, pero si todo sigue así, probablemente los ocupe cuando escriba sobre enero, la canción que clickié  y amé en YouTube fue "Lose It" por si les interesa darles una oportunidad.

Ahora si que si: el tema de la entrada. Tenía complicaciones porque para esa fecha estaba obsesionado con dos temas, ambos covers y ambos también de la misma persona - Leighton Meester-, de la nada me los recomendó Internet y me hicieron pegarme semanas. El que no elegí fue el primero que escuché y aunque el vídeo/canción/voz/etc es ochosientasmil veces mejor que el que pondré, lo dejaré en hiatus porque al menos para la idea de lo que fue este mes, no encajaba demasiado bien a mi gusto. Por otro lado, el que si pondré, es una canción de un grupo que no me gusta mucho -The Cardigans-, incluso la canción siempre la he mirado como algo sonsa, pero su voz le hizo un cambio, al menos para mi, además, sumado al hecho de que en ese entonces vivía toda etapa de no saber que estaba pasando y sentir toda la curiosidad al respecto, encuentro hace el link perfecto, en fin... se las dejo.

Hasta cuando tenga que ser.





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